MILAGROS DEL PADRE
TESTIMONIO DE LA MADRE DEL JOVEN Oscar Leguizamón
TESTIMONIO DE LA MADRE DEL JOVEN Oscar Leguizamón
Yo, Eufrasia Farias De Leguizamón,
de 48 años de edad, domiciliada en la calle Malaspinas 1968, en la ciudad de
Hurlimgham (Pcia. De Buenos Aires) Argentina
Declaro según mi indica
mi conciencia, de la veracidad del hecho siguiente
Mi hijo, Oscar Leguizamón,
de 17 años de edad, quedo en estado de coma profundo en la madrugada del lunes
16 octubre 1989. Fue internado en el Sanatorio San Miguel de la ciudad de San
Miguel. Como madre, está desesperada por la salud de mi hijo, en estado
completamente inconsciente.
Los médicos al revisarlo
no me dieron esperanza de curación; las horas se nos hacían interminables y mi estado
de ánimo era sin deseos de seguir viviendo. Permanecíamos en el sanatorio, yo
de día, y mi esposo de noche; me acompañaba la madrina de mi hijo y cuando podía
mi hija fuera de su horario de trabajo.
Al 20 día que llevaba internado
en terapia intensiva, en total estado de coma, sin ninguna reacción, me
encontraba acompañada de la madrina de mi hijo esperando a la puerta del
laboratorio, porque llevaron a Oscar para hacerles una tomografía, los médicos apenaban
a todos los medios posibles para remediar esta situación, sin conseguirlo. Se acercó
la hermana Nieves, que visita los enfermos de este sanatorio, me pregunto por
mi hijo, me dio sus consejos y la novena del P. Faustino Miguez. Al recibir la
novena, sentí algo especial en mi corazón que me dio alivio; me sentí más
animada; recobre la fe y nos pusimos a rezarla. La leíamos y rezábamos
permanentemente con mucha fe. Puedo decir que cada momento. La gastamos de Rezarla.
Mientras tanto el estado
de mi hijo seguía igual; ni sentía cuando lo pellizcábamos.
Los médicos seguían diciendo,
no podemos hacer nada.
Así transcurrieron los días,
yo confiaba en el ceño: y seguía rezando la novena.
Pero su estado en general
seguía igual, y los médicos no encontraban la explicación al caso.
Lo sorprendente de todo
esto fue que a los 8 días, de repente, se incorporó en la cama, se sentó, se sacó
todo: sondas de nariz, de la boca, suero, oxigeno, marcapasos… todo, en un
momento.
Se despertó, hablo`, conoció
a todos los que estábamos con él, a mí, su madre me dijo: ¿Por qué estás tan
despeinada? Te quiero ver arreglada.
Llamamos al médico y a
las enfermeras, se quedaron sorprendidos. Lo dejaron hasta el mediodía en
terapia observando lo que sucedía. Oscar quería levantarse e irse a casa; los médicos
sorprendidos esperaban como observándolo; lo pasaron a una habitación, sacándolo
de terapia. Tenía apetito, pidió pan.
Quiero también decir que
durante este tiempo. Se enfermó de neumonía pero lo curioso fue que de todo quedó
curado.
Sorprendió quedarse tan
bien, ya que de recuperarse decían que podía quedarse paralitico, sordo, etc. Sin
embargo, tiene actualmente más lucidez mental que antes de este estado, sobre
todo más memoria.
Desde niño sufre de
convulsiones, de esto aun sigue medicándose, es decir, la única medicina que
tomaba antes y sigue tomando después de este estado de coma.
En el sanatorio lo
dejaron bajo control varios días, observando el `proceso, como seguía perfectamente
bien, el 25 de octubre de 1989, le dieron el alta sin ninguna medicación, para
esta crisis vivía: durante 8 días.
Actualmente trabaja 8
horas diarias en un taller de manualidades, para este tipo de muchachos con
ciertas deficiencias.
Puedo asegurar que la curación
repentina de mi hijo, después de 8 días de estado de coma, fue un milagro del
P. Faustino Miguez. Los médicos no esperaban su recuperación.
Yo así lo creo y por eso
lo escribo para que sea conocida y publicada esta gracia.
El relato del médico de Veronica
el embarazo de Verónica se había desarrollado sin ningún problema, el feto
crecía bien y los controles prenatales no indicaron nada extraño. “Siempre
voy a recordar cuando me llamó una vecina de ella a las 26 semanas y me dice
que Verónica estaba con muchísimo dolor, semi inconsciente y con una presión de
180-120”, relata el doctor. El doctor fue quien solicitó el traslado de la señora
Stobert a la Clínica Las Lilas.
“Cuando ella llegó, estaba con un cuadro de hipertensión gravísimo, preclamsia
severa y estaba haciendo una complicación que se llama síndrome de Hellp”,
explica el médico. Este síndrome es una alteración de la encima hepática con
encefalopatía hipertensiva y hemorragia abdominal masiva, situación con alta posibilidad de mortalidad.
El día que ocurrió el milagro
Ese día, 10 de septiembre, nació Sebastián. El bebé estaba sano, sin problema
alguno a pesar de la situación de su madre. Pero Verónica estaba en riesgo
vital. El niño nació mediante una cesárea de urgencia. Luego, la madre fue
llevada hasta la UTI en muy malas condiciones y tuvo que ser intervenida
quirúrgicamente debido a todas sus complicaciones. Llegó a dicha unidad con
sus pupilas totalmente dilatadas y sin ninguna respuesta a ningún tipo de
actividad.
En ese instante se determinó que Verónica tenía graves secuelas posteriores
debido a una hematoma liquida en el cerebro que la derivó en convulsiones. La
declararon neurológicamente con muerte cerebral, estado de coma grado 3
en la escala de Glasgow.
Paralelamete dicha información se le comunicó a su familia. Su marido, Pedro
Núñez, fue a buscar a su casa a sus tres hijas para ir a la clínica a despedirse de
su mujer. En el camino, el padre de familia quería encontrar una iglesia
abierta para pasar a orar por la recuperación de su esposa. Una de sus hijas
le propuso pasar a la capilla de su colegio, el Divina Pastora de La Florida. Una de
las hermanas, le abrió la capilla ala familia y en ese lugar encomendaron la
salud de Verónica al padre Faustino Miguez, cuya imagen estaba en la
capilla.
La familia llegó a ver a Verónica pensado que sería una despedida. Luego, el
doctor Troncoso pidió que trajeran al bebé de apenas tres días y que lo
acomodaran sobre el pecho de su mamá. “Hicieron eso y la paciente que
supuestamente estaba con muerte cerebral sintió a su guagua y la abrazó.
Una escena que no voy a olvidar nunca”, según relata el doctor, la muerte
cerebral quedó descartada. Desde ese hecho, el diagnóstivo de Verónica
comenzó a mejorar, a pesar de que estuvo en coma por tres meses.
El sentimiento mientras estaba en coma
Verónica nos cuenta que ella no recuerda haber conocido a su hijo, hasta que
tenía tres meses, fecha en que ella despertó. Después de que pasó el abrazo a su
hijo, relatado anteriormente, la paciente estuvo en coma durante tres meses.
No podía hablar, ni comunicarse. “Sin embargo, yo no se si las veía o era mi
imaginación, pero yo recuerdo haber visto a mis hijas cuando me iban a
ver”, nos cuenta Verónica. La madre de ahora cuatro hijos, nos relata que ella
sentía la presencia de sus hijos en la habitación y la voz de su esposo diciéndole a las pequeñas “háblele a la mamá, ella la puede escuchar”.
Debido a esto, Verónica dice que el primer recuerdo de su bebé es de él con tres
meses, cuando recuperó su consciencia y se lo llevaron a la habitación de la
Unidad de Ciudados Intensivos. La paciente comenzó un largo camino, con un
hígado en el que tuvieron que experimentar, una herida abierta con vendaje que
había que curar constantemente, problemas de habla y mucho dolor. “Recién
cuando mi hijo tenía más de un año, me pude comenzar a hacer cargo de él”,
relata la señora Stobert. Sobre su hígado nos explica que se probaron técnicas
nuevas, donde ante la herida que tenía este órgano, lo cubrieron con una suerte
de malla y hoy su hígado tiene forma de esfera, no la forma regular, pero funciona
sin problemas.
El padre Faustino Miguez será canonizado
En total, la recuperación de Verónica demoró dos años. Ella además de ser
católica, era y continúa siendo catequista en el colegio Divina Pastora de La
Florida. Esta labor la realizaba incluso cuando aún estaba en recuperación y debía
andar con vendajes. “Pero el sentimiento de agradecimiento al padre Faustino
lo tengo muy presente, y sentía que debía seguir trabajando para
agradecerle”, nos comenta Verónica, hoy en excelente estado de salud, sin
secuelas, junto a su hijo menor que en septiembre cumplirá 14 años.
Desde el Arzobispado de Santiago están muy felices con este hecho, milagro por
el cual el padre Faustino Miguez será canonizado en octubre de este año. “La
noticia me llenó de alegría” señaló el Arzobispo de Santiago, Cardenal
Ricardo Ezzati. “El milagro que sirvió como atestiguamiento, como prueba de la
canonización, se verificó en La Florida. Aquí en Santiago, en nuestra
arquidiócesis”, continúa la máxima autoridad de la Iglesia Católica en Chile,
agregando que Verónica “gracias a la oración al beato fundador, recobró la
salud”.
“Esta es una muy buena noticia para Chile, una muy buena noticia para las
mamás que esperan con amor a un hijo y que enfrentan también a veces,
lastimosamente, situaciones muy dificiles. Nada es imposible para Dios y aquí
tenemos algo que parecía imposible para los hombres y que fue posible para
Dios”, señaló el Arzobispo, Cardenal Ricardo Ezzati.
El relato del médico de Veronica
el embarazo de Verónica se había desarrollado sin ningún problema, el feto
crecía bien y los controles prenatales no indicaron nada extraño. “Siempre
voy a recordar cuando me llamó una vecina de ella a las 26 semanas y me dice
que Verónica estaba con muchísimo dolor, semi inconsciente y con una presión de
180-120”, relata el doctor. El doctor fue quien solicitó el traslado de la señora
Stobert a la Clínica Las Lilas.
“Cuando ella llegó, estaba con un cuadro de hipertensión gravísimo, preclamsia
severa y estaba haciendo una complicación que se llama síndrome de Hellp”,
explica el médico. Este síndrome es una alteración de la encima hepática con
encefalopatía hipertensiva y hemorragia abdominal masiva, situación con alta posibilidad de mortalidad.
El día que ocurrió el milagro
Ese día, 10 de septiembre, nació Sebastián. El bebé estaba sano, sin problema
alguno a pesar de la situación de su madre. Pero Verónica estaba en riesgo
vital. El niño nació mediante una cesárea de urgencia. Luego, la madre fue
llevada hasta la UTI en muy malas condiciones y tuvo que ser intervenida
quirúrgicamente debido a todas sus complicaciones. Llegó a dicha unidad con
sus pupilas totalmente dilatadas y sin ninguna respuesta a ningún tipo de
actividad.
En ese instante se determinó que Verónica tenía graves secuelas posteriores
debido a una hematoma liquida en el cerebro que la derivó en convulsiones. La
declararon neurológicamente con muerte cerebral, estado de coma grado 3
en la escala de Glasgow.
Paralelamete dicha información se le comunicó a su familia. Su marido, Pedro
Núñez, fue a buscar a su casa a sus tres hijas para ir a la clínica a despedirse de
su mujer. En el camino, el padre de familia quería encontrar una iglesia
abierta para pasar a orar por la recuperación de su esposa. Una de sus hijas
le propuso pasar a la capilla de su colegio, el Divina Pastora de La Florida. Una de
las hermanas, le abrió la capilla ala familia y en ese lugar encomendaron la
salud de Verónica al padre Faustino Miguez, cuya imagen estaba en la
capilla.
La familia llegó a ver a Verónica pensado que sería una despedida. Luego, el
doctor Troncoso pidió que trajeran al bebé de apenas tres días y que lo
acomodaran sobre el pecho de su mamá. “Hicieron eso y la paciente que
supuestamente estaba con muerte cerebral sintió a su guagua y la abrazó.
Una escena que no voy a olvidar nunca”, según relata el doctor, la muerte
cerebral quedó descartada. Desde ese hecho, el diagnóstivo de Verónica
comenzó a mejorar, a pesar de que estuvo en coma por tres meses.
El sentimiento mientras estaba en coma
Verónica nos cuenta que ella no recuerda haber conocido a su hijo, hasta que
tenía tres meses, fecha en que ella despertó. Después de que pasó el abrazo a su
hijo, relatado anteriormente, la paciente estuvo en coma durante tres meses.
No podía hablar, ni comunicarse. “Sin embargo, yo no se si las veía o era mi
imaginación, pero yo recuerdo haber visto a mis hijas cuando me iban a
ver”, nos cuenta Verónica. La madre de ahora cuatro hijos, nos relata que ella
sentía la presencia de sus hijos en la habitación y la voz de su esposo diciéndole a las pequeñas “háblele a la mamá, ella la puede escuchar”.
Debido a esto, Verónica dice que el primer recuerdo de su bebé es de él con tres
meses, cuando recuperó su consciencia y se lo llevaron a la habitación de la
Unidad de Ciudados Intensivos. La paciente comenzó un largo camino, con un
hígado en el que tuvieron que experimentar, una herida abierta con vendaje que
había que curar constantemente, problemas de habla y mucho dolor. “Recién
cuando mi hijo tenía más de un año, me pude comenzar a hacer cargo de él”,
relata la señora Stobert. Sobre su hígado nos explica que se probaron técnicas
nuevas, donde ante la herida que tenía este órgano, lo cubrieron con una suerte
de malla y hoy su hígado tiene forma de esfera, no la forma regular, pero funciona
sin problemas.
El padre Faustino Miguez será canonizado
En total, la recuperación de Verónica demoró dos años. Ella además de ser
católica, era y continúa siendo catequista en el colegio Divina Pastora de La
Florida. Esta labor la realizaba incluso cuando aún estaba en recuperación y debía
andar con vendajes. “Pero el sentimiento de agradecimiento al padre Faustino
lo tengo muy presente, y sentía que debía seguir trabajando para
agradecerle”, nos comenta Verónica, hoy en excelente estado de salud, sin
secuelas, junto a su hijo menor que en septiembre cumplirá 14 años.
Desde el Arzobispado de Santiago están muy felices con este hecho, milagro por
el cual el padre Faustino Miguez será canonizado en octubre de este año. “La
noticia me llenó de alegría” señaló el Arzobispo de Santiago, Cardenal
Ricardo Ezzati. “El milagro que sirvió como atestiguamiento, como prueba de la
canonización, se verificó en La Florida. Aquí en Santiago, en nuestra
arquidiócesis”, continúa la máxima autoridad de la Iglesia Católica en Chile,
agregando que Verónica “gracias a la oración al beato fundador, recobró la
salud”.
“Esta es una muy buena noticia para Chile, una muy buena noticia para las
mamás que esperan con amor a un hijo y que enfrentan también a veces,
lastimosamente, situaciones muy dificiles. Nada es imposible para Dios y aquí
tenemos algo que parecía imposible para los hombres y que fue posible para
Dios”, señaló el Arzobispo, Cardenal Ricardo Ezzati.
Comentarios
Publicar un comentario